16.2.09


Cierren los ojos , dejen el cuerpo sereno descansando,
y vengan a volar conmigo por los senderos que el aire hace entre los enredados
desórdenes de este tiempo.

Vengan conmigo y sean como niños para que puedan llenarse de mí y Sentir, como mis manos aprietan sus manos y les dicen qude no están soñando..

Hoy he visto como las flores hablan, y como los pajarillos y como los árboles y las tierras y las estrellas hablan.

Pero también he visto que ustedes están sordos y no oyen.

Hoy he visto como el algodón se viste de blancura para ustedes, como toda la Naturaleza se abre para ustedes, y como el Hermano Sol sale para ustedes.

Pero también he visto que le vuelven la espalda y prefieren contentarse con ver sus formas deformadas y sus reflejos ondulantes en los cristales del agua.

Y veo, hoy como ayer, que dejan el fruto y se pelean por comerse su cáscara amarga.

¿Cómo les diría que dejen la violencia y busquen la comprensión, que dejen el egoísmo y busquen el Amor?

Dense todos un poco para hacer un Hogar, donde un día sus hijos puedan vivir en la Luz.

DEL LIBRO: ASÍ HABLABA QUETZACÓATL

Ayuda y Beneficio


Tender una mano a otras personas es bueno para la vitalidad, el corazón y el sistema inmunitario.

Centrar la atención en los demás puede servir para salir del común estado de bloqueo que se produce cuan­do nos concentramos en la familia, la profesión y las pre­ocupaciones económicas. Ayudar a mejo­rar el ánimo, aumentar el optimismo y nutrirnos con una sensación de auténtica gratitud.

El principal beneficio de ayudar pare­ce hallarse en el proceso más que en los resultados.

Con esto quiero decir que los beneficios -de quien ayuda y de la persona a la que ayuda- surgen principalmente de las interacciones que se producen en cada momento mientras la actividad de ayuda tiene lugar, y no de si se «arre­gla» o no un problema social.


Contrariamente a la opinión popular, ayudar a los demás no exige que se le dedique una gran cantidad de tiempo. Lo único que se necesita es un plan personal que puede variar desde hacer un trabajo programado hasta actos espontáneos de generosidad y amabilidad durante la semana.


Al elegir un tipo de ayuda que intensifique los buenos sentimientos y favorezca que continuemos ayudando cada semana, crea­mos un contacto personal con las personas a las que ayu­damos. Para mantener vivo el entusiasmo, procuremos que la clase de ayuda que proporcionamos sea algo que esté en consonancia con nuestros intereses o habilidades.

5.2.09