En la poesía celta existe el color, la fuerza y la intensidad de la naturaleza.
En sus bellos versos reconoce el viento, las flores, la rompiente de las olas sobre la tierra.
La espiritualidad celta venera la luna y adora la fuerza vital del sol. Muchos antiguos dioses celtas estaban próximos a las fuentes de la fertilidad y el arraigo.
Por ser un pueblo próximo a la naturaleza, ésta era una presencia y una compañera
La naturaleza los alimentaba; con ella sentían su mayor arraigo y afinidad.
La poesía natural celta está imbuida de esta calidez, asombro y sentido del arraigo.
Una de las oraciones celtas más antiguas se titula La coraza de San Patricio; su nombre más profundo es La brama del ciervo. No hay división entre la subjetividad y los elementos. A decir verdad, son las mismas fuerzas elementales las que dan forma y elevación a la subjetividad:
*****Amanezco hoy por la fuerza del cielo,
*****Amanezco hoy por la fuerza del cielo,
***** la luz del sol, el resplandor de la luna, el esplendor del fuego,
***** la velocidad del rayo, la rapidez del viento, la profundidad del mar,
*****la estabilidad de la tierra, la firmeza de la roca.
*****Amanezco hoy por la fuerza secreta de Dios que me guía.
*****Siempre estamos viajando de las tinieblas a la luz.
*****Siempre estamos viajando de las tinieblas a la luz.
***** Cada día es un viaje. Salimos de la noche al día.
***** La creatividad nace en ese umbral primero donde la luz y las tinieblas se prueban y se bendicen entre sí.
*****Solamente encuentras equilibrio en la vida cuando aprendes a confiar en el fluir de este ritmo antiguo.
Asimismo, el año es un viaje con el mismo ritmo.
Los celtas eran profundamente conscientes de la naturaleza circular de nuestro viaje.
Salimos de la oscuridad del invierno a la promesa y la efervescencia de la primavera.
En definitiva, la luz es la madre de la vida. Donde no hay luz, no hay vida.
La luz es la presencia secreta de lo divino.
Mantiene despierta la vida. Es una presencia que nutre.
Despierta el calor y el color en la naturaleza. El alma despierta y vive en la luz.
Nos ayuda a vislumbrar lo sagrado en lo profundo de nuestro ser.
Cuando la mente humana empezó a explorar el siguiente gran misterio de la vida, el del amor, también utilizó la luz como metáfora de su poder y presencia.
Cuando la mente humana empezó a explorar el siguiente gran misterio de la vida, el del amor, también utilizó la luz como metáfora de su poder y presencia.
Cuando el amor despierta en tu vida, en la noche de tu corazón, es como un alba en tu interior. Donde había anonimato, hay intimidad; donde había miedo, hay coraje; donde reinaba la torpeza, juegan la gracia y el donaire; donde había aristas, ahora eres elegante y estás en sintonía con el ritmo de tu yo.
Cuando el amor despierta en tu vida, es como un renacer, un comienzo nuevo.
Anam Cara -
Anam Cara -
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