30.7.08

SIEMPRE NIÑO


No naciste con tu personalidad.

Naciste sin nada.

Y puedes verlo mirando a un bebé recién nacido.
Un bebé es un cuerpo de amor.

Recién ha salido del misterio, del lugar casi sin tiempo que es el útero.
Esa inocencia todavía está en ti.
Sin embargo, hay algo que falta en un bebé.
Aun con toda su belleza y su maravilla, no puede tratar con el mundo.
Alguien tiene que pensar por él y protegerlo.

Al bebé le falta la experiencia de vivir.
El adquirir experiencia lo llamamos crecer o envejecer
Eso es lo que has hecho.
El cuerpo de amor original del bebé todavía es tu cuerpo, pero algo le ha pasado.

Ha experimentado el vivir.
Habiendo ganado la experiencia de todos tus años, ¿puedes decir que todavía estás sin carga como un bebé recién nacido? ¿Eres inocente?

¿Puedes decir que eres esa inocencia ahora, como eras originalmente?
Si no es así, ¿por qué no?
Hay dos modos de responder, desde adentro o desde afuera.

Desde afuera, mirando tus tensiones, preocupaciones y problemas, podrías decir: “No.
Estoy cargado por muchas cosas que conozco y recuerdo, mi culpa, mis dudas, mis miedos.
A veces soy libre pero, tan pronto como me lo recuerdan, sé que no soy inocente y empiezo a estar ansioso y a preocuparme.”

Pero en tus momentos más hondos y serenos podrías decir: “Sí, soy inocente.”
Y esa es la verdad.

Porque interiormente eres siempre el niño dulce e inocente que eras, no importa tu edad en años.

La dulzura y la inocencia son tu naturaleza.

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