26.11.12




El maestro Zen Tich Naht Hanh describe las emociones
como semillas preservadas en lo más hondo de nuestra mente
 que al regarlas con nuestra atención, les permitimos crecer hasta poblar nuestros pensamientos.
Todos cargamos semillas de diversa naturaleza:
 alegría, gozo, rabia y desesperanza.
Según Tich, tenemos el poder de escoger cuales semillas cultivar y compartir.
 Es una decisión que hacemos cada día
y que reforzamos según las relaciones, los estímulos
y las intensiones que construyamos a nuestro alrededor.

Si te fijas bien, y contra todo pronóstico
 cada vez hay más gente sembrando la ciudad que desean vivir
 La abonan con su corazón y sus acciones,
 dispuestas a conectarse con la energía del crecimiento.

 Y aquí, algo que la Gente eligió compartir
las emociones y sentimientos que produce esta andar....

*.....El color de la mañana era tan puro que podías beberlo en las gotas de rocío.
 Las hojas húmedas se comían el sendero por donde ascendía

 y en los pulmones sentía mucho más que aire.
 ¡Tanto tiempo sin subir a allí...!

 La última vez había tomado la misma ruta y en ese entonces el cerro estaba reseco.
 Pero esta mañana la vegetación brotaba de cada grieta en las rocas.**
  **
Es una forma de "darnos cuenta" que
nuestra percepción es tanto o más determinante a la hora de darle significado a las cosas,
 porque con maestría desbordante,
nuestra conciencia determina el color que tendrán las experiencias que vivimos.
Es aquí donde resulta útil desarrollar la capacidad de reconocer
"los lentes que llevamos y la tonalidad de sus cristales"...
 Estando atentos
podemos reconocer que las cosas no "son como son"
 sino "como las estamos viendo".
 ¿Demasiado obvio?
Posiblemente, pero recuerda la última vez que las cosas se pusieron "color del tiempo"...
¿Era lo que sucedía, o cómo  lo veíamos o sentíamos ?

En la meditación el primer paso es
 despertar la conciencia y ver esos "lentes que llevamos".
 Luego viene el largo proceso de observar a través de ellos,
 y aún así, reconocer las cosas tal y como son.
 No es asunto de quitártelos, sino reconocer el color del cristal en su momento
 y aún mejor,
 ser capaz de elegir los lentes del Amor, la Esperanza  y la Compasión.
Saluditos Muy Luminosos, lita

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