23.3.13
A un Dìa del
equinoccio de Otoño que nos indica consciencia de la segunda cosecha, el “agua”
y por ende Nuestras Emociones…
Vivamos esto; cerremos los ojos y
respiremos tranquilamente.
Dejemos que el aire salga y entre naturalmente.
Contemos las bendiciones que tenemos.
Recordemos de todo lo que tenemos para agradecer.
Agradezcamos a la Fuente Divina
El agradecimiento sana las dolencias somáticas y
crónicas.
Nos ayuda a sanar
los dolores del alma como depresión,
tristeza, soledad, melancolía,
baja autoestima, insomnio y ansiedad.
Recordemos demostrar nuestro sincero agradecimiento
a quienes nos ayudan.
Expresar agradecimiento es una fuerza muy poderosa
un atributo natural de nuestra mente elevada
hacia la prosperidad
Cuando desarrollamos este hábito, ponemos
en funcionamiento la energía sanadora del Universo
y cambiamos las circunstancias y el ambiente a nuestro alrededor.
Al agradecer lo que ya está materializado en
nuestra vida,
lo que nos rodea, lo que nos hace felices,
lo magnificamos y lo conservamos para nosotros
y para quienes están en nuestro entorno.
Repitamos varias veces al día: “Gracias,
Gracias, Gracias”,
. Experimentémoslo hasta percibir la
felicidad, la calma
y la plenitud que podemos sentir.
La meditación nos hace sentir el corazón agradecido
porque purifica, limpian la mente de emociones y sentimientos negativos que
bloquean el sentimiento de gratitud.
Seamos sensibles a la belleza de la naturaleza.
Despertemos nuestra percepción para disfrutar más,
Agradezcamos al Universo tan pleno de maravillas.
Y a nuestra Madre Tierra,
Es importante tener consciencia de querer el gran
cambio
Si cada uno de nosotros hiciéramos nuestra parte en
el proceso, por menor que sea, estaremos haciendo parte de
la misión de la humanidad, en la vida.
Comenzamos a dar más valor a la vida y a la
oportunidad de vivir, al regalo de haber nacido en esta Tierra
Los Sabios nos enseñan a agradecer tanto lo que
consideramos bueno, como lo no tanto; comprendiendo que todo ocurre
para el mayor bien y que todo sigue un plan Divino.
Estas palabras, las escucho el mundo del Papa Nuevo:
“También hoy tenemos necesidad de ver la luz de
la esperanza y de dar nosotros mismos esperanza... Odio, envidia, soberbia
ensucian la vida, no dejemos que los signos de destrucción acompañen el camino
de este nuestro mundo”.
Permitamos que nuestro corazón se vuelva suave y dulce a través de la
gratitud y experimentemos el Amor y la PAZ
Saludito Muy Luminoso
Publicado por
IyC
en
17:19
0
comentarios
Etiquetas:fotos saluditos de viernes
El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio
es el nuevo Papa de la Iglesia con el nombre de Francisco I
“La obligación de un cónclave es dar un obispo a Roma y parece que mis
hermanos cardenales han ido a buscarlo al fin del mundo”, ha dicho el nuevo
Papa a la multitud congregada en la Plaza de San Pedro
REPÚBLICA/AGENCIAS |
ROMAPublicada el 13-03-2013
El jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires,
es el nuevo papa de la Iglesia católica, según ha anunciado el primer cardenal
de los diáconos (Protodiácono), el francés Jean-Louis Tauran. “La obligación de
un cónclave es dar un obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales han
ido a buscarlo al fin del mundo”, ha dicho el nuevo Papa a la multitud
congregada en la Plaza de San Pedro e, inmediatamente, ha rezado un
padrenuestro por el Papa emérito, Benedicto XVI. Antes de bendecir a los
presentes, ha pedido una oración en silencio por él y por la tarea que le
espera al frente de la Iglesia. El humo de la tercera fumata del Cónclave para
elegir al sucesor de Benedicto XVI ha salido blanco, a las 19.06 horas, lo que
indica que ya ha sido elegido el nuevo Papa, por mayoría de 77 votos, en el
segundo día del Cónclave y en la quinta votación que han llevado a cabo los 115
cardenales electores. Será el sucesor de Benedicto XVI y el 266 Pontífice de la
Iglesia Católica. En la Plaza de San Pedro se ha acogido la aparición de la
fumata blanca bajo un mar de paraguas y una intensa lluvia. La elección se ha
producido tras dos fumatas negras, una este martes a las 19.41 y otra, en la
mañana de este miércoles a las 11.38 horas. Como anécdota, una gaviota se ha
posado esta tarde, hacia las 17.40 horas y durante media hora, acaparando todas
las miradas.
Publicado por
IyC
en
17:15
0
comentarios
Etiquetas:fotos Iluminada espiga
La famosa revista Newsweek sorprendió a
muchos en su edición de Octubre 2012 con una portada y un titular impactante:
"El cielo es real - La experiencia de un Doctor en el más allá". La
revista publica un artículo escrito por un prestigioso neurocirujano estadounidense
que luego de haber vivido una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM), asegura
haber visto y viajado al más allá. Presentamos a continuación la traducción
completa de la nota de Newsweek.
Como neurocirujano, yo no creía en el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte. Hijo de un neurocirujano, crecí en un mundo científico. He seguido el camino de mi padre y me convertí en un neurocirujano académico, enseñando en Harvard Medical School y otras universidades. Entiendo lo que ocurre en el cerebro cuando las personas están a punto de morir, y siempre había creído que había una buena explicación científica para los viajes celestiales fuera del cuerpo, descritos por aquellos que escapaban a la muerte por poco.
El cerebro es un mecanismo sorprendentemente sofisticado pero extremadamente delicado. Si se reduce la cantidad de oxígeno que recibe, así sea la cantidad más pequeña, este reaccionará. No era una gran sorpresa que las personas que habían sufrido un traumatismo grave regresaran de sus experiencias con historias extrañas. Pero eso no significaba que habían viajado a algún lugar real.
Aunque me consideraba un creyente cristiano, era más de título que de creencia real. No me molestaban los que querían creer que Jesús era más que simplemente un buen hombre que había sufrido a manos del mundo. Simpatizaba profundamente con aquellos que querían creer que había un Dios en alguna parte ahí fuera que nos amaba incondicionalmente. De hecho, envidiaba a esas personas la seguridad que esas creencias sin duda les proporcionaban. Pero como científico, simplemente creía que era incorrecto creer en eso.
En el otoño de 2008, sin embargo, después de siete días en un estado de coma en el que se inactivó la parte humana de mi cerebro, el neocórtex, experimenté algo tan profundo que me dio una razón científica para creer en la conciencia después de la muerte.
Se cómo pronunciamientos como el mío les suenan a los escépticos, así que voy a contar mi historia con la lógica y el lenguaje del científico que soy.
Muy temprano por la mañana, hace cuatro años, me desperté con un dolor de cabeza muy intenso. En cuestión de horas, mi corteza entera - toda la parte del cerebro que controla el pensamiento y la emoción, y que en esencia que nos hace humanos - se había apagado. Los médicos del Hospital General de Lynchburg en Virginia, un hospital donde yo mismo trabajaba como neurocirujano, determinaron que de alguna manera había contraído una meningitis bacteriana muy poco frecuente que ataca sobre todo a los recién nacidos. Bacterias de e. coli habían penetrado en mi líquido cefalorraquídeo y estaban comiendo mi cerebro.
Cuando entré en la sala de emergencias aquella mañana, mis posibilidades de supervivencia en algo más que un estado vegetativo ya eran bajas. Pronto estas posibilidades cayeron a casi nulas. Durante siete días estuve en un coma profundo, mi cuerpo sin respuestas, mis funciones cerebrales superiores totalmente fuera de línea.
Luego, en la mañana de mi séptimo día en el hospital, mientras mis médicos consideraban si se suspendía el tratamiento, mis ojos se abrieron de golpe.
No hay una explicación científica para el hecho de que mientras mi cuerpo estaba en estado de coma, mi mente - mi conciencia, mi yo interior - estaba viva y bien. Mientras las neuronas de mi corteza cerebral fueron aturdidas hasta su total inactividad por las bacterias que las habían atacado, mi conciencia liberada del cerebro había viajado a una diferente y mayor dimensión del universo: una dimensión que nunca había soñado que podía existir, y que mi viejo yo previo al coma hubiera estado más que feliz explicando que se trataba de una simple imposibilidad.
Pero esa dimensión, a grandes rasgos, la misma que describen incontables personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte u otros estados místicos, está allí. Existe, y lo que vi y aprendí allí me ha puesto literalmente en un mundo nuevo: un mundo en el que somos mucho más que nuestros cerebros y cuerpos, y donde la muerte no es el final de la conciencia, sino más bien un capítulo de un vasto e incalculablemente positivo viaje.
No soy la primera persona en tener evidencia de que la conciencia existe más allá del cuerpo. Breves y maravillosos destellos de este reino son tan antiguos como la historia humana. Pero hasta donde yo sé, nadie antes que yo haya viajado alguna vez a esta dimensión (a), mientras su corteza estaba completamente apagada, y (b), mientras que su cuerpo estaba bajo observación médica al minuto, como lo estuvo mi cuerpo durante los siete días completos de mi estado de coma.
Todos los argumentos principales en contra de las experiencias cercanas a la muerte sugieren que estas experiencias son el resultado de un mínimo, transitorio, o parcial mal funcionamiento de la corteza cerebral. Sin embargo, mi experiencia cercana a la muerte no tuvo lugar mientras mi corteza estaba funcionando mal, sino mientras estaba simplemente apagada. Esto se desprende claramente de la gravedad y la duración de mi meningitis, y de la complicación cortical global documentada por los escaneos TC y exámenes neurológicos. Según el conocimiento médico actual sobre el cerebro y la mente, no hay absolutamente ninguna manera de que yo pudiera haber experimentado ni siquiera una conciencia débil y limitada durante mi tiempo en el estado de coma, y mucho menos la odisea híper vívida y completamente coherente que experimenté.
Me tomó meses aceptar lo que me pasó. No sólo la imposibilidad médica de que había estado consciente durante mi coma, pero más importante aún, las cosas que sucedieron durante ese tiempo. Hacia el comienzo de mi aventura, yo estaba en un lugar de nubes. Grandes, esponjosas, de color rosa-blanco, que se presentaron nítidamente en contraste con el profundo cielo negro-azul.
Más alto que las nubes, inconmensurablemente más alto, una multitud de seres transparentes y brillantes se movían trazando arcos por el cielo, dejando largos trazos como serpentinas detrás de ellos.
¿Pájaros? ¿Ángeles? Estas palabras las registré más tarde, cuando estaba escribiendo mis recuerdos. Pero ninguna de estas palabras hace justicia a estos seres, que eran, sencillamente, diferentes a todo lo que he conocido en este planeta. Eran más avanzados. Formas superiores.
Como neurocirujano, yo no creía en el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte. Hijo de un neurocirujano, crecí en un mundo científico. He seguido el camino de mi padre y me convertí en un neurocirujano académico, enseñando en Harvard Medical School y otras universidades. Entiendo lo que ocurre en el cerebro cuando las personas están a punto de morir, y siempre había creído que había una buena explicación científica para los viajes celestiales fuera del cuerpo, descritos por aquellos que escapaban a la muerte por poco.
El cerebro es un mecanismo sorprendentemente sofisticado pero extremadamente delicado. Si se reduce la cantidad de oxígeno que recibe, así sea la cantidad más pequeña, este reaccionará. No era una gran sorpresa que las personas que habían sufrido un traumatismo grave regresaran de sus experiencias con historias extrañas. Pero eso no significaba que habían viajado a algún lugar real.
Aunque me consideraba un creyente cristiano, era más de título que de creencia real. No me molestaban los que querían creer que Jesús era más que simplemente un buen hombre que había sufrido a manos del mundo. Simpatizaba profundamente con aquellos que querían creer que había un Dios en alguna parte ahí fuera que nos amaba incondicionalmente. De hecho, envidiaba a esas personas la seguridad que esas creencias sin duda les proporcionaban. Pero como científico, simplemente creía que era incorrecto creer en eso.
En el otoño de 2008, sin embargo, después de siete días en un estado de coma en el que se inactivó la parte humana de mi cerebro, el neocórtex, experimenté algo tan profundo que me dio una razón científica para creer en la conciencia después de la muerte.
Se cómo pronunciamientos como el mío les suenan a los escépticos, así que voy a contar mi historia con la lógica y el lenguaje del científico que soy.
Muy temprano por la mañana, hace cuatro años, me desperté con un dolor de cabeza muy intenso. En cuestión de horas, mi corteza entera - toda la parte del cerebro que controla el pensamiento y la emoción, y que en esencia que nos hace humanos - se había apagado. Los médicos del Hospital General de Lynchburg en Virginia, un hospital donde yo mismo trabajaba como neurocirujano, determinaron que de alguna manera había contraído una meningitis bacteriana muy poco frecuente que ataca sobre todo a los recién nacidos. Bacterias de e. coli habían penetrado en mi líquido cefalorraquídeo y estaban comiendo mi cerebro.
Cuando entré en la sala de emergencias aquella mañana, mis posibilidades de supervivencia en algo más que un estado vegetativo ya eran bajas. Pronto estas posibilidades cayeron a casi nulas. Durante siete días estuve en un coma profundo, mi cuerpo sin respuestas, mis funciones cerebrales superiores totalmente fuera de línea.
Luego, en la mañana de mi séptimo día en el hospital, mientras mis médicos consideraban si se suspendía el tratamiento, mis ojos se abrieron de golpe.
No hay una explicación científica para el hecho de que mientras mi cuerpo estaba en estado de coma, mi mente - mi conciencia, mi yo interior - estaba viva y bien. Mientras las neuronas de mi corteza cerebral fueron aturdidas hasta su total inactividad por las bacterias que las habían atacado, mi conciencia liberada del cerebro había viajado a una diferente y mayor dimensión del universo: una dimensión que nunca había soñado que podía existir, y que mi viejo yo previo al coma hubiera estado más que feliz explicando que se trataba de una simple imposibilidad.
Pero esa dimensión, a grandes rasgos, la misma que describen incontables personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte u otros estados místicos, está allí. Existe, y lo que vi y aprendí allí me ha puesto literalmente en un mundo nuevo: un mundo en el que somos mucho más que nuestros cerebros y cuerpos, y donde la muerte no es el final de la conciencia, sino más bien un capítulo de un vasto e incalculablemente positivo viaje.
No soy la primera persona en tener evidencia de que la conciencia existe más allá del cuerpo. Breves y maravillosos destellos de este reino son tan antiguos como la historia humana. Pero hasta donde yo sé, nadie antes que yo haya viajado alguna vez a esta dimensión (a), mientras su corteza estaba completamente apagada, y (b), mientras que su cuerpo estaba bajo observación médica al minuto, como lo estuvo mi cuerpo durante los siete días completos de mi estado de coma.
Todos los argumentos principales en contra de las experiencias cercanas a la muerte sugieren que estas experiencias son el resultado de un mínimo, transitorio, o parcial mal funcionamiento de la corteza cerebral. Sin embargo, mi experiencia cercana a la muerte no tuvo lugar mientras mi corteza estaba funcionando mal, sino mientras estaba simplemente apagada. Esto se desprende claramente de la gravedad y la duración de mi meningitis, y de la complicación cortical global documentada por los escaneos TC y exámenes neurológicos. Según el conocimiento médico actual sobre el cerebro y la mente, no hay absolutamente ninguna manera de que yo pudiera haber experimentado ni siquiera una conciencia débil y limitada durante mi tiempo en el estado de coma, y mucho menos la odisea híper vívida y completamente coherente que experimenté.
Me tomó meses aceptar lo que me pasó. No sólo la imposibilidad médica de que había estado consciente durante mi coma, pero más importante aún, las cosas que sucedieron durante ese tiempo. Hacia el comienzo de mi aventura, yo estaba en un lugar de nubes. Grandes, esponjosas, de color rosa-blanco, que se presentaron nítidamente en contraste con el profundo cielo negro-azul.
Más alto que las nubes, inconmensurablemente más alto, una multitud de seres transparentes y brillantes se movían trazando arcos por el cielo, dejando largos trazos como serpentinas detrás de ellos.
¿Pájaros? ¿Ángeles? Estas palabras las registré más tarde, cuando estaba escribiendo mis recuerdos. Pero ninguna de estas palabras hace justicia a estos seres, que eran, sencillamente, diferentes a todo lo que he conocido en este planeta. Eran más avanzados. Formas superiores.
Publicado por
IyC
en
17:13
0
comentarios
Etiquetas:fotos Meditar
Saludito de Viernes
La
voluntad es tan importante como la inteligencia.
Cuando
ésta ha adquirido fuerza y vigor, nos ayuda en el empeño de conseguir los
ideales y,
a
continuar hacia adelante cuando surgen dificultades y los vientos son
contrarios a nuestros deseos.
La voluntad es la aspiración de llegar a evolucionar....
es el cauce por donde se afirman los objetivos, los propósitos y las mejores esperanzas
y sus dos
ingredientes más importantes para ponerla en marcha son
la motivación
y la ilusión.
La primera arrastra
con su fuerza ;
la segunda es
la alegría de llevar los argumentos de la existencia hasta el final.
Entre la motivación y la ilusión radica la razón de proponerse mejorar en cuestiones pequeñas:
Entre la motivación y la ilusión radica la razón de proponerse mejorar en cuestiones pequeñas:
es decir, hago
lo que debo, aunque me cueste, aunque no lo entienda en ese momento.
Debemos
aprender a desatender esas voces que nos quieren llevar
sólo a lo que
nos apetece o nos gusta, o hacia lo que nos pide el cuerpo, alejándonos del
trayecto adecuado.
Toda educación de la voluntad tiene un fondo, por eso está estructurada a base de esfuerzos no muy grandes,
pero tenaces y
pacientes, que se van sumando un día tras otro.
No sólo se
consigue tener voluntad superando los problemas momentáneos,
sino que la
clave está en la constancia, en no abandonarse.
Primero dar un
primer paso y luego otro,(un ladrillo por vez)
y más tarde
hacer un esfuerzo suplementario.
De ahí surgen
y allí es donde se forjan los "seres" de una pieza;
los que saben
saltar por encima del cansancio, la dificultad, la frustración, la desgana y
los mil y un
avatares que la vida trae consigo.
El que lucha está siempre alegre, porque ha aprendido a dominarse.
Todo lo que es
válido cuesta lograrlo.
Pero merece la
pena vencer la resistencia y perder el miedo
Hay que
aprender a subir poco a poco,
aunque sean
unos metros y no nos encontremos en las mejores condiciones.
La voluntad recia, consistente y pétrea es la clave del éxito de muchas vidas y
La voluntad recia, consistente y pétrea es la clave del éxito de muchas vidas y
uno de los
mejores adornos de la personalidad;
hace al hombre
valioso y lo transporta al mundo donde los sueños se hacen realidad.
VOLUNTAD.... HERMANA DE LA FE...
VOLUNTAD.... HERMANA DE LA FE...
Saluditos Muy luminosos, lita
Publicado por
IyC
en
17:01
0
comentarios
Etiquetas:fotos saluditos de viernes
Todos
queremos ser amados con amor incondicional, eterno -un amor que va más allá de
la belleza, la inteligencia, y cualquier otra cualidad superficial. Queremos
ser amados simplemente porque SOMOS. Todos tenemos una tendencia natural,
innata a compartir nuestro amor con otros. Esta preocupación por el amor surge
en realidad porque somos seres eternos, amorosos, cuyas almas están repletas de
conocimiento y dicha. Aunque en esta encarnación física estamos temporalmente
cubiertos por energía material, nuestra naturaleza es divina, y estamos siempre
en busca del amor venturoso del reino espiritual donde yace nuestra verdadera
realización.
Pero siempre algo parece salir mal. A pesar de nuestra constante búsqueda, generalmente sentimos desilusión, encontrándonos con que nuestra experiencia de amor es temporaria. Aunque podremos haber intentado y fracasado en una variedad de relaciones, persistimos en creer que la persona adecuada está allí en alguna parte. Por algún motivo misterioso, parecería que nunca estamos en el lugar apropiado en el momento apropiado.
Muchísimas personas hoy en el mundo jamás se han sentido verdaderamente amadas. No tienen idea qué es realmente el amor, sin embargo el amor es un anhelo muy grande. En realidad, en las relaciones cotidianas, el término amor ha adquirido un significado demasiado vago y hasta podría indicar algo muy distinto, como control o necesidad. Por ejemplo, la noción de amor es demasiado a menudo reducida a un mero intercambio físico o a un proceso de intentar obtener gratificación de otro. Esto no es amor.
El problema surge porque buscamos respuestas en los lugares inadecuados. Hemos olvidado la dimensión espiritual de la vida. Una sociedad sin un núcleo espiritual carece del "adhesivo cósmico" para hacer que todo funcione. El amor es este adhesivo cósmico que nos liga el uno al otro mientras aprendemos a conocernos y relacionarnos el uno con el otro y, finalmente, a relacionarnos, a ligarnos a la Personalidad Divina de Dios.
Parece que hoy olvidamos esto. Pero en el fondo, aunque la experiencia del amor con frecuencia nos elude, sabemos que el amor es nuestro derecho natural. Es como si alguien sostuviera algo deliciosamente tentador delante nuestro, apenas fuera de nuestro alcance. Lo deseamos, sabemos que está disponible, pero no logramos agarrarlo debidamente. Entonces sustituimos por otra cosa, esperando encontrar la felicidad tal vez en la riqueza, el prestigio o el poder.
La mayoría de nosotros considera que el amor es un sentimiento que decae y crece según las circunstancias. Pero el amor genuino no está vinculado a lo que sentimos, no depende de algunas condiciones externas. El verdadero amor es divino, y no puede persistir separado del origen, que es Dios.
Pero siempre algo parece salir mal. A pesar de nuestra constante búsqueda, generalmente sentimos desilusión, encontrándonos con que nuestra experiencia de amor es temporaria. Aunque podremos haber intentado y fracasado en una variedad de relaciones, persistimos en creer que la persona adecuada está allí en alguna parte. Por algún motivo misterioso, parecería que nunca estamos en el lugar apropiado en el momento apropiado.
Muchísimas personas hoy en el mundo jamás se han sentido verdaderamente amadas. No tienen idea qué es realmente el amor, sin embargo el amor es un anhelo muy grande. En realidad, en las relaciones cotidianas, el término amor ha adquirido un significado demasiado vago y hasta podría indicar algo muy distinto, como control o necesidad. Por ejemplo, la noción de amor es demasiado a menudo reducida a un mero intercambio físico o a un proceso de intentar obtener gratificación de otro. Esto no es amor.
El problema surge porque buscamos respuestas en los lugares inadecuados. Hemos olvidado la dimensión espiritual de la vida. Una sociedad sin un núcleo espiritual carece del "adhesivo cósmico" para hacer que todo funcione. El amor es este adhesivo cósmico que nos liga el uno al otro mientras aprendemos a conocernos y relacionarnos el uno con el otro y, finalmente, a relacionarnos, a ligarnos a la Personalidad Divina de Dios.
Parece que hoy olvidamos esto. Pero en el fondo, aunque la experiencia del amor con frecuencia nos elude, sabemos que el amor es nuestro derecho natural. Es como si alguien sostuviera algo deliciosamente tentador delante nuestro, apenas fuera de nuestro alcance. Lo deseamos, sabemos que está disponible, pero no logramos agarrarlo debidamente. Entonces sustituimos por otra cosa, esperando encontrar la felicidad tal vez en la riqueza, el prestigio o el poder.
La mayoría de nosotros considera que el amor es un sentimiento que decae y crece según las circunstancias. Pero el amor genuino no está vinculado a lo que sentimos, no depende de algunas condiciones externas. El verdadero amor es divino, y no puede persistir separado del origen, que es Dios.
Bhakti
Tirtha Swami
Publicado por
IyC
en
16:57
0
comentarios
Etiquetas:fotos Sanar Emociones
DIA DE LA MUJER
La
juventud es una etapa maravillosa por la que todas pasamos y disfrutamos.
Sin
embargo
la juventud es una etapa más.. no es la única ni la mejor
La Vida es Perfecta tal y como ES.
Cuando disfrutamos de la juventud, solemos también sufrir de la inseguridad que la caracteriza,
Cuando disfrutamos de la juventud, solemos también sufrir de la inseguridad que la caracteriza,
y no nos valoramos como debiéramos.
Cuando el tiempo pasa y no somos tan jóvenes, es cuando verdaderamente
sabemos quiénes somos y lo que queremos.
La juventud está para compensar las
inseguridades y los errores.
La madurez, para afrontar los cambios de la
vida y de nuestro cuerpo
Aprovechemos la madurez para convertirnos
en una mujer más fuerte, mas valiente, mas segura y mucho más atractiva
Cuando
aprendes que la autenticidad, el carisma, la seguridad, y el ocuparse de una
misma
es lo más atractivo de una mujer,
te darás cuenta de que no habrá piel, por tersa que sea, que pueda
competir contigo.
Una mujer
con buenisima "actitud", es la más interesante de todas
La juventud puede ser embriagadora y deseable, pero en el medio plazo,
si sólo es eso, aburre.
Por muy
atractivas y jóvenes que podamos ser, si no cultivamos nuestra personalidad,
sólo seremos como la bonita portada de un libro, que una vez ojeado, no
apetece leer
Sustituyamos nuestras preocupaciones más banales y
ocupémonos de equilibrar nuestra vida con nuevos y apasionantes retos
La mujer
valiosa es aquella que sabe madurar , la que se siente hermosa por dentro
y por fuera,
la que toma las riendas de su vida, y que sabe adaptarse a los cambios.
Sus arruguitas sólo le recuerdan las experiencias vividas, sus risas y
sueños cumplidos.
La vida no es un concurso: Ni una sola mujer en el mundo puede
compararse,
Como vos no hay ninguna !
Explota
siempre lo mejor de ti, sin compararte con nadie más.
No importa tu edad, ni tu altura, ni tus medidas.
Si te sientes bella, así te verán!!
Hay días en los que todo lo que podría escribir
queda corto comparado con una sola palabra: AMOR
Saludito y Abrazo de Luz, lita
Publicado por
IyC
en
16:53
0
comentarios
Etiquetas:fotos Zona de transformación-Gaia
DESVINCÚLATE DE LAS HERIDAS DE TU PASADO
por Waine
Dyer
La
inclinación a vincularnos con nuestras heridas, en lugar de dejarlas atrás,
hace que experimentemos constantemente la sensación de no ser dignos. Una
persona que haya experimentado acontecimientos traumáticos en la vida, como una
violación sexual, la muerte de seres queridos, enfermedades traumáticas,
accidentes, rupturas familiares, drogadicciones y otras cosas similares, puede
llegar a vincularse con los dolorosos acontecimientos del pasado y rememorarlos
para llamar la atención o despertar lástima en los demás. Esas heridas de
nuestras vidas parecen darnos una gran cantidad de poder sobre los demás.Cuanto
más les hablamos a otros sobre nuestras heridas y sufrimientos, tanto más
creamos un entorno de compasión por nosotros mismos. Nuestro espíritu creativo
permanece tan conectado con los recuerdos de nuestras heridas que no puede
dedicarse a transformar y manifestar. El resultado de ello es la sensación de
desmerecimiento, de no ser digno de recibir todo aquello que se desea.
La
tendencia a vincularnos con las heridas de nuestras vidas nos recuerda lo poco
merecedores que somos de recibir nada de lo que realmente nos gustaría tener,
debido a que permanecemos sumidos en un estado de sufrimiento. Cuanto más se
recuerdan y se repiten estas historias dolorosas, tanto más tiene garantizado
esa persona que no atraerá la materialización de sus deseos.
Quizá
la frase más poderosa que puedas llegar a memorizar en este sentido sea: «Tu
biografía se convierte en tu biología». A la que yo añadiría: «Tu biología se
convierte en tu ausencia de realización espiritual». Al aferrarte a los traumas
anteriores de tu vida, impactas literalmente sobre las células de tu cuerpo. Al
examinar la biología de un individuo, es fácil descubrir en ella su biografía.
Los pensamientos angustiosos, de autocompasión, temor, odio y otros similares,
cobran un peaje sobre el cuerpo y el espíritu. Al cabo de un tiempo, el cuerpo
es incapaz de curarse, debido en buena medida a la presencia de esos
pensamientos.
El
apego al dolor sufrido en los primeros años de la vida procede de una
percepción mitológica según la cual «tengo derecho a una infancia perfecta,
libre de dolor. Utilizaré durante el resto de mi vida cualquier cosa que
interfiera con esta percepción. Contar mi historia será mi poder». Lo que hace
esta percepción es darle permiso al niño herido que llevas dentro para
controlarte durante el resto de tu vida. Además, te proporciona una fuerte
sensación de poder ilusorio.
Tenemos
que ser muy cuidadosos para evitar explicar nuestra vida actual en términos de
una historia traumática anterior. Los acontecimientos dolorosos de nuestras
vidas son como una balsa que se utiliza para cruzar el río. Debes recordar
bajarte una vez que hayas llegado a la otra orilla.
Observa
tu cuerpo cuando has sufrido una herida. Una herida abierta se cierra en
realidad con bastante rapidez. Imagina cómo serían las cosas si esa herida
permaneciera abierta durante mucho tiempo. Se infectaría y, en último término,
acabaría por matar a todo el organismo. El cerrar una herida y permitir que
cure puede actuar del mismo modo en los pensamientos de tu mundo interior.Así
pues, no lleves contigo tus heridas. Afróntalas y pide a la familia y
a los amigos que sean compasivos mientras te recuperas. Luego, pídeles que te
lo recuerden amablemente cuando se convierta en una respuesta predecible. Quizá
en cuatro o cinco ocasiones tus amigos y personas queridas te dirán: «Sufriste
una experiencia trágica y comprendo perfectamente tu necesidad de hablar de
ello. Me importa, te escucho y te ofrezco mi ayuda si eso es lo que deseas».
Después de varias situaciones de este tipo, pídeles que te recuerden
amablemente que no debes repetir la historia con el propósito de obtener poder
a través de la compasión de los demás.
Publicado por
IyC
en
16:48
0
comentarios
Etiquetas:fotos Sanar Emociones
Suscribirse a:
Entradas (Atom)