A un Dìa del
equinoccio de Otoño que nos indica consciencia de la segunda cosecha, el “agua”
y por ende Nuestras Emociones…
Vivamos esto; cerremos los ojos y
respiremos tranquilamente.
Dejemos que el aire salga y entre naturalmente.
Contemos las bendiciones que tenemos.
Recordemos de todo lo que tenemos para agradecer.
Agradezcamos a la Fuente Divina
El agradecimiento sana las dolencias somáticas y
crónicas.
Nos ayuda a sanar
los dolores del alma como depresión,
tristeza, soledad, melancolía,
baja autoestima, insomnio y ansiedad.
Recordemos demostrar nuestro sincero agradecimiento
a quienes nos ayudan.
Expresar agradecimiento es una fuerza muy poderosa
un atributo natural de nuestra mente elevada
hacia la prosperidad
Cuando desarrollamos este hábito, ponemos
en funcionamiento la energía sanadora del Universo
y cambiamos las circunstancias y el ambiente a nuestro alrededor.
Al agradecer lo que ya está materializado en
nuestra vida,
lo que nos rodea, lo que nos hace felices,
lo magnificamos y lo conservamos para nosotros
y para quienes están en nuestro entorno.
Repitamos varias veces al día: “Gracias,
Gracias, Gracias”,
. Experimentémoslo hasta percibir la
felicidad, la calma
y la plenitud que podemos sentir.
La meditación nos hace sentir el corazón agradecido
porque purifica, limpian la mente de emociones y sentimientos negativos que
bloquean el sentimiento de gratitud.
Seamos sensibles a la belleza de la naturaleza.
Despertemos nuestra percepción para disfrutar más,
Agradezcamos al Universo tan pleno de maravillas.
Y a nuestra Madre Tierra,
Es importante tener consciencia de querer el gran
cambio
Si cada uno de nosotros hiciéramos nuestra parte en
el proceso, por menor que sea, estaremos haciendo parte de
la misión de la humanidad, en la vida.
Comenzamos a dar más valor a la vida y a la
oportunidad de vivir, al regalo de haber nacido en esta Tierra
Los Sabios nos enseñan a agradecer tanto lo que
consideramos bueno, como lo no tanto; comprendiendo que todo ocurre
para el mayor bien y que todo sigue un plan Divino.
Estas palabras, las escucho el mundo del Papa Nuevo:
“También hoy tenemos necesidad de ver la luz de
la esperanza y de dar nosotros mismos esperanza... Odio, envidia, soberbia
ensucian la vida, no dejemos que los signos de destrucción acompañen el camino
de este nuestro mundo”.
Permitamos que nuestro corazón se vuelva suave y dulce a través de la
gratitud y experimentemos el Amor y la PAZ
Saludito Muy Luminoso
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