Ser rígidos en nuestras creencias y ásperos en nuestros juicios solo nos lleva
a inflexibilidad en la vida.
Esto hace aún más difícil cualquier clase de situaciones y condiciones.
Cuando podemos volvernos más completamente conscientes de nuestras batallas internas y paramos de proyectarlas afuera de nosotros mismos, podemos más fácilmente dejar juicios y prejuicios del ego y llegar a un lugar de paz interior.
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