8.1.08

Sonido y Palabra


La ciencia ha descubierto que el sonido viaja a través del aire desde el punto donde emana, a la asombrosa velocidad de 331 metros por segundo, actuando sobre las estructuras moleculares existentes en la atmósfera, alterando sus frecuencias vibratorias en un modelo en onda, después de lo cual es recibido por los órganos auditivos de una persona y es interpretado por la mente consciente.

Sin embargo, las palabras habladas, que son llevadas como ondas sonoras hacia otra persona, poseen un poder aún más asombroso.

Una vez que son interpretadas por la mente de la persona receptora- con mayor velocidad que la del sonido- esas palabras son transmitidas al corazón y al alma.
¿Con cuánta frecuencia las palabras que pronunciamos, producen un efecto sedante y vivificante en los demás?
Las palabras pueden sosegar una mente preocupada: ofrecen guía e iluminación; ayudan a compartir ideas y conocimiento; animan y vivifican.

Por otra parte, las palabras pueden causar confusión y discordia. Pueden herir el amor propio, degradar y desestabilizar al ser interno.

En suma, las palabras habladas, en forma consciente pueden crear una polaridad ya sea positiva o negativa no sólo en los demás, sino también en nosotros mismos.


Mark Martin

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