31.3.10


“Nuestros hijos no son nuestros hijos, son los hijos y las hijas de la vida que se llama a sí misma.
Vienen a través de nosotros, pero no de nosotros.
Y aunque viven con nosotros, no nos pertenecen.
Podemos darles nuestro amor, pero no nuestros pensamientos,
pues tienen sus propios pensamientos.

Podemos proteger sus cuerpos, pero no sus almas, porque sus almas
viven en la mansión del mañana, que ni aún en sueños
podemos visitar.

Podemos esforzarnos en ser como ellos, pero no intentar
hacerlos como nosotros, porque la vida no da marcha atrás,
ni se detiene en el ayer.

Somos los arcos que disparan a nuestros hijos, como
flechas vivas.
Que la tensión de la mano del arquero sea para la alegría.”
Kalil Gibran

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