Cuando las cosas parecen estar poniéndose peor, hay grandes

probabilidades de que en realidad estén a punto de mejorar.

La noche suele estar en su punto de mayor oscuridad justo antes

de que el amanecer empiece a iluminar el cielo.

Cuando las dificultades que hayan estado asomando puedan

liberarse para empezar a seguir su propio rumbo, el instante

en que finalmente desaparezcan comienza súbitamente a acercarse.

Si los problemas se hacen evidentes a la vista de todos, es allí

cuando resulta más probable que puedan resolverse.

Cuando los desafíos crecen, en igual medida crecen las oportunidades

de lograr un progreso real y efectivo.

En el momento en que todo marcha mal, si te motivas con más

fuerza aún, podrás hacer que las cosas marchen bien.

Cuando la situación está en su peor momento, tú estás ante una

excelente oportunidad de demostrar que estás en tu mejor momento.

Es allí cuando puedes marcar la más grande y positiva de las

diferencias.

Las oportunidades para avanzar siempre estarán allí, especialmente

cuando no parezca que están.

Si estás viviendo una época dura y complicada, estate atento porque

es entonces cuando una acción firme y enfocada rendirá realmente frutos.