12.6.09

CICLOS DE VIDA


Cuando respetamos los ciclos naturales de la vida, descubrimos que cada una de las fases de la vida tiene su dimensión espiritual.

Mucha gente tiene su primera experiencia espiritual en la infancia; la de una comunicación innata y natural con lo que es sacro.

Si nuestra relación con nuestros padres es respetuosa y cariñosa, ello se convierte también en modelo y base para el respeto confianza en el resto de nuestras relaciones.

La independencia de nuestra adolescencia nos proporciona otra cualidad básica para la práctica: la insistencia de querer encontrar la verdad por nosotros mismos, no aceptando nada que no recoja nuestra experiencia.

La vida adulta nos trae sus propios desafíos y aperturas espirituales.

Nos volvemos más atentos y responsables con respecto a nuestra familia, comunidad y nuestro mundo.

A medida que maduramos, una cualidad contemplativa natural impregna nuestras vidas.

Al envejecer, al haber visto muchos ciclos, se producen desapego y sabiduría, que crecen en nuestro interior.
Cada fase contiene las semillas para el crecimiento espiritual. Nuestra vida madura cuando aceptamos conscientemente aquellos desafíos de la vida que son apropiados para nosotros.

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